Ella, vigía indiscutible, se alza protectora, fuerte y sola sobre el río Unhola. Sus muros dominan las vistasmás allá de donde los ojos alcanzan, a la vez que albergan siglos de historia y espiritualidad. La oscuridad atribuida al románico se diluye a través de los colores intensos y luminosos del Pantocrátor y de la vivacidad del Tetramorfos, reflejada en el feroz león de San Marcos. Los años de historia han transformado cada uno de los rincones de la iglesia ofreciéndonos un libro abierto al pasado.
Si quieres que te lo leamos, ¡visítanos!