Las "llaves" de San Pèir nos abren las puertas de esta iglesia para acercarnos al cielo. Una multitud de caras curiosas nos reciben, cinceladas una a una por el picapedrero que se autoretrató. ¿Seréis capaz de encontrarlo?
Una vez en el interior sentimos que el tiempo se detiene, pero Cronos nos recuerda que las horas, minutos y segundos no dejan de correr. He aquí el foliot! El reloj más antiguo de Arán. ¿Tienes tiempo para visitarnos?